De leyenda
Por Rosa Alonso
En junio de 2014, rescatábamos la fábula de la construcción del
Acueducto de Segovia que, a modo de resumen, diremos que cuenta cómo la
voluntad, la inteligencia y la fe de una niña vencieron al diablo durante la
edificación del grandioso Acueducto de la capital segoviana, provocando la
aparición de ‘El Carro del diablo’: un conjunto de dos peñascos,
emplazados en la subida del Puerto del Reventón, que tienen dicha forma. Este
mes, recuperaremos una nueva versión del surgimiento de esta singular
‘carretilla’.
Juan Guas.
Una construcción legendaria: la antigua Catedral de Segovia
Aunque la que ha llegado hasta nuestros días es la Santa Iglesia Catedral de
Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, erigida entre los siglos XVI y
XVIII, la antigua Catedral de Santa María de Segovia es la protagonista de
nuestra historia. Lamentablemente, no han quedado grandes testimonios sobre su
imagen, pero se conocen algunos datos fundamentales: fue destruida en 1520
durante la Guerra de las Comunidades de Castilla, tras unos 400 años de
existencia; además, ocupaba la actual plaza o plazuela del Alcázar y las obras
finales fueron encargadas al arquitecto Juan Guas.o
Según la leyenda, este maestro de cantería y escultor
español de origen bretón se encontraba completamente desesperado por los plazos
que le imponían para que el edificio estuviera terminado. Hemos de recordar que
los materiales llegaban mediante carros tirados por animales que transitaban
caminos peliagudos, lo que dificultaba su traslado y alargaba los tiempos.
Debido a esta situación de total desesperanza, se dice que Guas hizo un
pacto con el diablo para terminar a tiempo.
La ciudad de Segovia en el año 1562.
El trabajo finaliza y aparece ‘El Carro del diablo’
Se dice que, tras este pacto, los carromatos comenzaron a llegar velozmente
hasta el lugar, atravesando el Puerto o Alto del Reventón: emplazamiento
cercano a los 1.500 m de altitud y que une el Valle del Lozoya (Comunidad
de Madrid) con el Real Sitio de San Ildefonso (Segovia). Este hecho facilitó
que las obras tomaran buen ritmo y la alegría y la esperanza regresaron a Juan
Guas.
Catedral de Segovia.
Visto que, finalmente, sí podría cumplir los términos
exigidos, el arquitecto rompió el pacto con el diablo cuando iba a llegar el
último carro cargado, pues no quería perder su alma; este hecho provocó el
consiguiente enfado del burlado demonio quien decidió petrificar el
cargamento final, para que la Catedral nunca se terminara. Aunque no ha quedado
ninguna evidencia, se dice que una de las torres catedralicias era de menor
altura que su gemela. Otra versión cuenta que, incluso, al edificio le faltaba
una torre que sí estaba proyectada inicialmente.
Visto que, finalmente, sí podría cumplir los términos
exigidos, el arquitecto rompió el pacto con el diablo cuando iba a
llegar el último carro
Como hemos dicho al principio, se trata de dos
edificios, dos leyendas y una sola formación rocosa. Pocas veces se puede pedir
tanto a una piedra sobre otra piedra.